El gobierno de Alberto Fernández decidió que nuestro país ya no forme parte del grupo de países que presionaban por la salida de Nicolás Maduro del poder en Venezuela y reconocían a Juan Guaidó como presidente.
La razón esgrimida por la Cancillería argentina fue que los intentos por aislar a Venezuela no tuvieron efecto. Ahora el gobierno argentino sigue con su planteo de impulsar un diálogo entre los partidos políticos venezolanos, incluyendo a la Iglesia, el sector empresario y las organizaciones no gubernamentales.
La posición argentina, guiada por los sectores más cercanos a la vice presidenta Cristina Fernández de Kirchner, choca con el duro informe realizado por Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile y hoy Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en donde quedaron plasmados los abusos y violaciones a los derechos humanos realizados por las fuerzas de seguridad venezolanas.
El Grupo de Lima estaba conformado por
Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú, uniéndose posteriormente Guyana, Haití, Santa Lucía y Bolivia. También fue avalado por Barbados, Estados Unidos, Granada y Jamaica, así como también por organismos como la Organización de los Estados Americanos y la Unión Europea,